Yo te espero todavía,
yo creo que el olvido es una fantasía.
Y así, destinado a padecerte sigo loco como siempre,
inventando lo que sea para verte.
En un rincón de mi memoria,
sobran noches de tristeza, poca gloria, y soledad.
Y en el hueco de los años más dorados
caben tus ojos prestados y un adiós para olvidar.
Pastillitas del olvido, tengan el recuerdo vivo...
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